Steff Yotka — Cuando Raf Simons llegó a N. York para dirigir Calvin Klein, la joya del imperio de tendencia estadounidense PVH, se apuró a actualizar la marca. Primero cambió el nombre de sus compilaciones de pasarela de chombas de pique con logo y de chombas cocidas, Calvin Klein 205W39NYC. Entonces llegó la rehabilitación, al cargo del diseñador Sterling Ruby, de la legendaria tienda insignia neoyorkina de Madison Avenue. El nuevo nombre de la marca afloró por doquier, desde en los cuellos altos de los jerséis hasta en la puntera metálica de las botas cowboy, y en las semanas siguientes a su apertura, todo Instagram se llenó de imágenes de sus interiores en vivaz amarillo.

Y de pronto, Simons y Calvin Klein anunciaron su rotura en los últimos estertores del dos mil dieciocho, dejando pasmado al mundo entero de la moda, que no podía creerse que el enorme experimento del diseñador en la moda estadounidense tocara a su fin.
Ahora, apenas unas semanas tras la salidaoficial de Simons, la firma Calvin Klein ha comenzado a deshacer sin más ni más dilación sus cambios. Conforme un comunicado de prensa del CEO de Calvin Klein, Steve Shiffman, la marca planea mudar el nombre de su compilación de pasarela de ready-to-wear y suprimir la etiqueta 205W39NYC. No se sabe todavía de qué forma se va a llamar la compilación, mas Shiffman destacó en su declaración que la producción de pasarela sería rebautizada con «un nombre, un enfoque de diseño y un directivo creativo nuevos».
¿Quién va a calzar ahora los zapatos de Simons? Tampoco hay aún información a este respecto, mas cuando llegue a la firma, o bien deberá lidiar con el nuevo plan de retail de CK, aparte de abordar un reposicionamiento general del negocio de tendencia de gran lujo con la intención de centrarlo en lo digital y reflejar mejor el resto de compilaciones de Calvin Klein, como Calvin Klein Tejanos y Calvin Klein Underwear. Shiffman asimismo expuso que el propósito de CK como marca es lograr los doce mil millones de dólares estadounidenses en ventas de retail globales en el futuro próximo –en el tercer trimestre de dos mil dieciocho, se registraron unas ventas de novecientos sesenta y tres millones de dólares– a la par que “satisfacer las demandas de los usuarios creando productos culturalmente relevantes y experiencias que impliquen a las distintas colectividades impulsando la moda y la cultura”. Aparte de repensar su estrategia de pasarela, la enseña asimismo planea producir más “experiencias” tanto on line como físicas para conectar con sus usuarios.