Esta herramienta puede significar un “hueco” más por el cual se pueden inmiscuir personas indeseadas en las llamadas. Esto, incluso, puede aumentar el riesgo de espionaje en la app
Aun cuando en la actualidad hay centenares de aplicaciones de mensajería en el planeta, no cabe duda que WhatsApp todavía reina la categoría. Con más de 2 mil millones de usuarios, ésta es una de las redes sociales más relevantes en la web. Solo con Facebook y YouTube por delante de ella, respecto a número de individuos registrados.
“Más de dos mil millones de usuarios recurren a WhatsApp cada mes para enviar 100 mil millones de mensajes y conectar más de mil millones de llamadas cada día”, escribió la empresa, como un mensaje de auto felicitación por su decimosegundo aniversario, el pasado 24 de febrero en Twitter.
El pasado 19 de julio WhatsApp lanzó una nueva opción relacionada con las llamadas y videollamadas grupales en su plataforma. Se trata de la oportunidad de que las personas se unan a una reunión aunque esta ya haya iniciado. La intención es retener a toda la gente posible, así como llamar la atención de nuevos “clientes».
“Hoy lanzamos la función para unirse a las llamadas de WhatsApp. Si te agregan a una llamada grupal o si te pierdes una, puedes unirte en cualquier momento”. Esta ha sido la información entregada por el CEO de Facebook, Mark Zuckerberg.
“Con esta nueva función, si alguien no atiende la llamada cuando suena el teléfono, puede unirse igual más tarde. Además, mientras la llamada siga en curso, puede salir y volver a entrar cuando quiera”, explica la app mediante su blog oficial.
WhatsApp en peligro
No obstante, aun cuando la nueva funcionalidad parezca eficaz para un conjunto de individuos, para otras puede significar un “hueco” más por el que tienen la posibilidad de inmiscuir personas indeseadas a las denominadas, lo que, inclusive, puede incrementar el peligro de espionaje en WhatsApp.
“La conclusión es que, si una persona extraña o malintencionada está en un grupo de WhatsApp, no tendrá problemas para conectarse a una llamada. Todo lo que tiene que hacer es esperar a que la mayoría de los participantes se hayan unido y entonces ingresar sin que nadie note su presencia. El intruso tampoco necesita esperar a que se inicie la llamada, ya que puede conectarse en cualquier momento”, indicó Victor Chebyshev, investigador primordial de estabilidad de Kaspersky, organización especializada en estabilidad virtual.
Por igual, es fundamental saber que, aun cuando WhatsApp sea una de las aplicaciones más seguras del mercado de hoy, no es ajena a un viable ataque de ciberdelincuentes mediante la intromisión de un virus virtual (malware) o usando la clásica táctica del phishing (suplantación de identidad).
“Hasta ahora, casi todo el software malicioso se ha centrado en interceptar mensajes de WhatsApp archivados y las conversaciones online; Y todavía no hemos encontrado ninguna interceptación de llamadas, y mucho menos de llamadas grupales. Sin embargo, si un dispositivo está infectado, es muy probable que el troyano tenga la capacidad de realizar grabaciones a través del micrófono y la cámara del dispositivo, lo que permite a los ciberdelincuentes escuchar cualquier conversación, independientemente del canal de comunicación utilizado, ya sea una aplicación de mensajería o una llamada de teléfono móvil normal”, agregó Chebyshev.
Recomendaciones de seguridad
Pensando en esto, es fundamental disponer de un protocolo con el cual eludir que personas inescrupulosas se filtren en las reuniones de WhatsApp. Además de defender a los competidores que ya estén en una.
Por ejemplo, es fundamental considerar que antes de comenzar una junta, siempre se necesita verificar que la misma tenga configurado el cifrado de extremo a extremo, esto con el objeto de que no haya forma de que se filtre información en los servidores de WhatsApp que luego logre ser usada en oposición a los integrantes de la llamada.
Además es bueno disponer del bloqueo de WhatsApp, en especial una vez que se deje el móvil en sitios pocos confiables. Un celular desbloqueado podría ser la herramienta perfecta para que otras personas logren tomarlo y unirse a denominadas o videollamadas, sin que ni el propietario del celular ni el anfitrión de la junta se den cuenta. Además, podría ser un blanco simple para inyectar cualquier malware y de esta forma tener el control del dispositivo en el futuro cercano.